Por Daniel Noboa
Bueno, para variar estoy haciendo una reseña 10 días después del evento. Por esta razón, más que reseña, escribo algunas reflexiones relacionadas con el show que brindó Soda Stereo en Caracas el pasado 29 de noviembre en el Hipódromo la Rinconada.
Reseñas hay miles, de la prensa (la mayoría inexactas gracias a los periodistas desubicados de este país), de los fans en los foros (muy apasionadas) y en los diversos blogs criollos, entre los que estoy incluido. De hecho, si quieres leer una reseña como tal, visítame: http://esruido.blogspot.com
Lo bueno
– Abrieron las puertas temprano. A las 3 y media ya había un significativo número de gente adentro.
– Ver a Soda Stereo nuevamente.
– Están sonando mejor que en los 90s.
– Las visuales del tema “En remolinos”, psicodelia total.
– El “Corazón delator” que latía en la pantalla mientras interpretaban ese tema. Piel de gallina.
– Escuchar joyas olvidadas como “Imágenes retro”, “Telekinesis”, “Nada personal” y “Te hacen falta vitaminas”.
– Los diversos solos de guitarra a lo largo del show, Cerati sorprende cada día más en la ejecución de su instrumento. Mientras más viejo, más distorsión le mete.
– La conexión de la banda con el público. Zeta muy divertido y pícaro con las chicas de las primeras filas. Charly sonriente y Cerati como siempre se metió al público en la mano.
– El “basta de bullshit política por un rato” de Cerati, antes de tocar Pic-nic en el 4to B.
– Maná metió 15.000 personas. Soda triplicó esa cantidad…beeeeeeeee!
Lo malo
– La locación para el show fue terrible. Si eras de estatura media no podías ver ni siquiera las pantallas. El terreno no era plano, tenía desigualdades.
– La seguridad tan anunciada con pompos y platillos por Evenpro brilló por su ausencia. Te requisaban por encimita, no había detectores de metales y en el área del evento como tal se veían muy pocos seguridad. Menos mal que los conciertos de rock no traen malandros como los de changa.
– Los pajúos que se ponían a gritar “No a la reforma.” Menos mal que Cerati los mandó a callar.
– El VIP era una porquería. Lejísimos y con mal sonido. Ni hablar de lo cara que era la entrada.
– Excluyeron de la gira temas como “Canción animal” y “Ella usó mi cabeza como un revólver”.
– La gente que decía “Aaaay los veré volver” cuando en realidad nunca los vieron irse.
– El público balurdo que fue a cantar “De música ligera” y ponían cara de ponchaos en casi toda la presentación.
– La salida fue un caos total, demasiadas personas. Se hacía un embudo en la entrada a la autopista que fue aderezado por la siempre ocurrente Guardia Nacional y sus inútiles operativos de “vaya usted a saber”, que decidieron aplicar a todos los que iban saliendo del concierto.
La mesa quedó servida. Soda Stereo volvió con un impacto que nadie esperaba. El fenómeno “Sodamanía” se alimentó en estos 10 años de ausencia, con nuevos fans, tan apasionados como los viejitos.
La locura generada por la banda en su regreso, 6 estadios River en Buenos Aires, 2 en el Nacional de Chile, el récord en Panamá, los 4 shows a casa llena en México, 2 noches en Miami, 2 fechas agotadas en el Estadio Nacional de Lima en Perú, el récord en el Parque Simón Bolívar en Bogotá y las casi 50 mil personas en Caracas, tienen una clara lectura: en esta década 1997 – 2007 el rock en español no ha logrado nada relevante. Nadie ha podido superar, ni siquiera acercarse, a lo que fue Soda Stereo en su época, lo que aun es y siempre será.
La gira termina el 21 de diciembre en el Monumental de River, en Buenos Aires. Es difícil creer que esa noche se acabe Soda Stereo nuevamente. ¿Habrá más Soda en el futuro cercano?, los mismos integrantes han dejado ver entrelíneas que esta posibilidad no está descartada del todo, depende de cómo se hayan sentido en tarima, de cómo se sientan luego del respectivo descanso post-tour. Del factor económico no depende, ese ya está ahí, propuestas no faltan.
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