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Cómo entrenar a tu dragón 2: el as bajo la manga de Dreamworks

Cómo entrenar a tu dragón 2, sube la barra a una historia que de por sí era épica, una labor complicada en el mundo de la animación donde pareciera que las secuelas se hacen sólo para generar mercancía para vender.

Por Luis Bond

La batalla en el campo de la animación contemporánea se debate entre dos grandes monstruos: Pixar y Dreamworks. El primer estudio se ha destacado por llevar la batuta en los avances tecnológicos y en un trabajo insuperable en los guiones de sus historias; desde Toy Story hasta Monster University, la mayoría de sus películas se han transformado en clásicos del cine contemporáneo. Por otro lado, Dreamworks se ha enfocado en un trabajo más mainstream, dedicándose a producir historias más light en su puesta en escena y contenido, creando películas sumamente divertidas como Shrek o Madagascar. De esta forma, mientras Pixar nos hace llorar con sus tragicomedias infantiles, Dreamworks nos hace llorar de la risa con su doble sentido y humor físico. A pesar de esto, Dreamworks nos ha dado gratas sorpresas, películas que no se quedan en la capa de divertir y que fácilmente podrían medirse con clásicos de Pixar en profundidad. El mejor ejemplo, sin lugar a dudas, es Cómo entrenar a tu dragón, un film que tuvo un lanzamiento modesto en comparación a otros como Kunfu Panda, pero que resultó ser el as bajo la manga del estudio. Una historia divertida y con muchísima profundidad que se convirtió en su punta de lanza. Cuatro años después aparece Cómo entrenar a tu dragón 2, una película que supera a su predecesora -tanto en la animación como en la calidad de la historia-, transformándose en una de las mejores películas animadas del estudio (y de los últimos años).

La historia transcurre 5 años después de los hechos que conocimos en Cómo entrenar a tu dragón. Gracias a la rebeldía de Hiccup en la precuela (al no querer matar dragones y al hacerse amigo de la especie más rara y peligrosa de todas) las cosas en su pueblo han cambiado. Los que antes eran vikingos que se batían a duelo con los dragones, ahora son amigos de ellos, conviviendo todos en familia y en paz. Todo parece marchar de maravilla para Hiccup: tiene una novia hermosa, amigos fieles, su padre lo acepta y desea pasarle la batuta del liderazgo de su pueblo. A pesar de todo esto, Hiccup no se conforma con estar tranquilo y sale constantemente en busca de aventuras con su dragón Chimuelo, explorando tierras nuevas y volando con él. En este proceso, en un viaje de reconocimiento, se topa con varios mercenarios que desean capturar a Chimuelo para Draco Manodura, un despiadado villano que desea tener el control de todos los dragones del mundo. Gracias a este encuentro, Hiccup deberá enfrentarse junto con sus amigos y familia a la peor amenaza que jamás se hayan podido imaginar: un villano capaz de controlar a cualquier dragón y utilizarlo para los fines más crueles.

Cómo entrenar a tu dragón 2, sube la barra a una historia que de por sí era épica, una labor complicada en el mundo de la animación donde pareciera que las secuelas se hacen sólo para generar mercancía para vender. Su éxito se debe a su director y guionista Dean DeBlois (el mismo de la precuela y Lilo&Stich) quien mezcla secuencias de acción trepidantes, humor físico y drama serio en una justa medida que termina dando como resultado una ruleta rusa de emociones que se fusionan a la perfección en una historia redonda poblada de personajes entrañables. A esto hay que sumarle el enorme trabajo del departamento visual quienes rediseñaron el universo de Cómo entrenar a tu dragón con una cantidad de detalles que seducen desde el primer plano, comenzando por las texturas de los dragones, el fuego y el agua, hasta la Dirección de fotografía (que fue supervisada por el mismísimo Roger Deakins), lo que la hace una delicia visual para los amantes de la animación. Por todo esto, Cómo entrenar a tu dragón 2 pasará a la historia del cine animado contemporáneo como una gran exponente de su género.

Lo mejor: la evolución de la animación desde la primera entrega hasta esta, el salto es del cielo a la tierra. Su historia llena de riesgos y con momentos bastante rudos, al mejor estilo del Disney clásico. Su humor y secuencias de acción. Chimuelo y el diseño de los otros dragones.

Lo malo: aunque se sostiene por sí sola, si no viste la primera entrega pierdes gran parte del contexto y la relación entre los personajes cosa que le restaría muchísima fuerza dramática a la historia. Se viene una parte 3 y es difícil que suba todavía más la barra.

Veredicto: Cómo entrenar a tu dragón 2 entra en esa extraña y rara elite de secuelas que sorprenden a sus predecesoras (y vaya que la primera entrega es de lo mejor de la animación de Dreamworks). Si la primera parte tiene 4.5, Cómo entrenar a tu dragón 2 tiene 5/5.

 

 

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