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Líbranos del mal: lo mejor de dos mundos

Líbranos del mal es de las mejores películas de terror contemporáneas que fascinará a todos.

Por Luis Bond

Sin lugar a dudas, el maestro del terror contemporáneo estadounidense es Scott Derrickson. Desde su aparición en la palestra con El exorcismo de Emily Rose en el 2005, este director se ganó el respeto y admiración de muchísimos fans del género. Más allá de su impecable narrativa y el mito que rodeaba a la historia real, Derrickson hizo algo único: desnudo el terror al contar desde la perspectiva científica y la sobrenatural un hecho. El resultado es algo sumamente llamativo, El exorcismo de Emily Rose es un film que, a casi 10 años de su estreno, todavía sigue dando miedo… sea el espectador escéptico o creyente. Una dualidad que ninguna otra película había logrado con tal maestría, transformando este film en uno de los grandes de la historia del género. Ahora Derrickson regresa a la gran pantalla con otra historia basada en un caso de la vida real, pero con un planteamiento bastante diferente. Líbranos del mal (Deliver Us from Evil) es una extraña mezcla entre thriller policial, horror y terror que logra su cometido desde los primeros minutos, creando un híbrido bastante interesante que termina sumando otro éxito a su carrera.

La historia comienza con una noche bastante peculiar en la vida del oficial Sarchie (Eric Bana), un policía de New York que se enfrenta a situaciones extremas en la ciudad junto con su compañero Butler (Joel McHale). Lo que pinta como un ronda nocturna con crímenes raros e inconexos, comienza a tener un matiz más oscuro cuando Sarchie profundiza en ellos, atando cabos aparentemente imposibles de conseguir entre ellos. De esta forma, una madre que intenta sacrificar a su hijo en el foso de los leones, un hombre que golpea a su mujer y un enigmático fugitivo, se transforman en puntos de una cadena que llevan a una explicación diabólica. Un misterio que Sarchie irá develando lentamente con la ayuda del padre Mendoza (Edgar Ramírez), un religioso poco común que intenta convencer al oficial de policía de la existencia de fuerzas oscuras que van más allá de la comprensión del hombre.

Derrickson es un especialista en crear suspenso. Evadiendo los clichés y apoyándose en las convenciones del género, sabe cuándo y cómo asustarnos. El director entiende que el mejor susto sólo puede propiciarse una vez que el espectador está inmerso en la historia. Así, Líbranos del mal, mezcla el suspenso de la investigación típica del thriller policial con pinceladas de horror (apoyado en una dirección de fotografía y de arte impecable: cada locación es oscura, sucia y llena de elementos como animales sacrificados, sangre, paredes con dibujos creepys y demás detalles que hacen que el público se sienta incómodo con cada fotograma), todo esto creando el clima idóneo para que el terror de un buen susto haga estragos en la audiencia. Gracias a esta puesta en escena, Derrickson logra a la perfección una relación sadomasoquista con el público -que, aterrorizado, no quiere ver las imágenes de horror que desfilan frente a sus ojos, pero por la necesidad de develar el misterio que las envuelve se sumerge en ellas. A mitad de camino entre Evil Dead -sin caer en lo gore- y El conjuro -sin el tratamiento clásico del género-, Líbranos del mal es de las mejores películas de terror contemporáneas que fascinará a todos.

Lo mejor: la actuación de Edgar Ramírez, un cura badass al mejor estilo Constantine. La caracterización de Joel McHale. Toda la explicación sobrenatural de las posesiones y las habilidades de Eric Bana. La última media hora está de infarto.

Lo malo: la utilización de la música de The Doors durante toda la película, aunque encaja con la historia, termina distrayendo. A diferencia de El exorcismo de Emily Rose, muchas veces dudas de la veracidad de los hechos que ves en pantalla.

Veredicto: Líbranos del mal es un experimento bastante extraño, a pesar de esto, Derrickson logra traerlo a buen puerto. Desde que comienza mantiene la tensión y los sustos que propina son como ganchos al hígado. Su puesta en escena es impecable. Le doy 4/5.

 

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