Por Juan Carlos Ascanio
De buenas intenciones está hecho el camino al infierno. Y un concierto del calibre de la reunión de Carcass -así como cualquier otro concierto serio- no se monta sólo con buenas intenciones.
Desde temprano la lluvia dominguera presagiaba algún retraso razonable. En efecto, al llegar al recinto cerca de la hora de la convocatoria el panorama no era alentador: una larga fila que no se movió en un buen rato mientras las bandas locales concluían la prueba de sonido. Y sin embargo, el público paciente esperó lo necesario.
De un momento a otro la fila comenzó a moverse poco a poco mientras la prueba de sonido se convirtió en la presentación de la primera banda local y, según los entendidos, una promesa de la música extrema venezolana: Serpent Christ. La primera mitad de su presentación la escuché desde afuera y la segunda mitad finalmente adentro. El set se me hizo innecesariamente largo y tomando en cuenta el retraso por la lluvia empecé a tener un mal presentimiento.
Al rato tomaron la tarima algunas damas de la noche, horribles todas, lo que anunciaba el comienzo del show de Krueger, quienes están celebrando sus 18 años de… ¿perversión? Ok. Yo sólo recuerdo la portada de Obsecración al Dolor (1994) y la canción “Vómito de frutas” y eso fue más que suficiente en aquellos años. Krueger tocó un set compacto y violento. Por supuesto que no faltó quien chaborreara con las damas y hasta me ladilló un pelo el showcito que hicieron hacia el final porque consumió minutos valiosos. El retraso ya era preocupante.
Y bueno, llegó el momento. Alrededor de las 10:10 de la noche empezó a sonar la introducción de “Inpropagation” y de ahí en más lo que vimos y escuchamos fue increíble. Carcass tomó la tarima y nos transportamos a los años 90. Parecía que la banda no se hubiera disuelto, era increíble que llevaran poco más de 10 años de inactividad. La presencia en tarima y la calidad de la ejecución de cada uno de los temas que tocaron fue del más alto nivel. Impresionante. Jeff Walker resultó un tipo carismático y conversador, con un sentido del humor británico bien acentuado.
Lo mejor de la noche: escuchar el riff inicial de “Buried dreams” junto a clásicos como “Corporal Jigsore Quandary” y “Reek of Putrefaction”, además de 6 temas del álbum Heartwork (1993).
Pero después de 10 temas y casi una hora de concierto sucedió la cortada de nota más mala tripa de he sufrido (y estoy seguro de que para muchos también lo fue): al finalizar “Heartwork” salió un roadie haciendo la seña de “córtalo” al tiempo que un Jeff Walker tan frustrado como el público sólo atinó a decir “fuck the police”, entre otras cosas.
¿Por qué todo terminó así? No lo sé. Una versión dice que hubo un problema afuera con “gente” que quería entrar a la fuerza, que lanzaron botellas para adentro, que llegó la policía y decidió ponerle punto final a todo. Otra versión dice que, independientemente de los sucesos en la puerta del recinto, la hora para finalizar el evento era las 11:00 de la noche, algo que no se pudo cumplir por los retrasos que tuvieron lugar durante la jornada. Lo cierto del caso es que por una razón o por otra la policía mandó a parar la vaina. Y yo sólo digo que de buenas intenciones está hecho el camino al infierno.
Setlist:
1. Inpropagation
2. Buried Dreams
3. Corporal Jigsore Quandary
4. Carnal Forge
5. Incarnate Solvent Abuse
6. No Love Lost
7. Edge of Darkness (Intro) / This Mortal Coil
8. Embodiment
9. Reek of Putrefaction
10. Ruptured in Purulence (Intro) / Heartwork
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