Por
El pasado fin de semana, el sol de París acariciaba las mejillas de los enamorados. La Semana Santa se aproximaba a su fin y Beyoncé y su marido, Jay-Z, disfrutaban de la comida en una terraza en la capital francesa. Hasta tal punto se alzó la armonía marital que cuando el rapero se levantó de la silla, una protuberancia se marcaba, impertinente, en su pantalón. Jay-Z tuvo una erección. Beyoncé la miró, divertida, de reojo. Seguro que el sexy vestido primaveral en el que iba enfundada tuvo algo que ver con el alzamiento del miembro viril. Pasa hasta en las mejores familias.
Fuente: www.rollingstone.es