Por Israel Calzadilla
Luego de tres años y un disco que generó opiniones encontradas (Faceless), la gente de Godsmack regresa manejando un formato cohesivo y ambicioso, buscando traspasar sus límites sin abandonar sus principales raíces.
El álbum está producido por Andy Johns (Led Zeppelin, Rolling Stones) y coproducido por el portador de la voz, Sully Erna, quien emprende en esta difícil misión, muy bien por lo visto. El disco debutó como número 1 en la cartelera Billboard en su semana de lanzamiento.
Con Godsmack IV no sólo llegan canciones nuevas sino también un baterista nuevo. Shannon Larkin se estrena y hace juego perfecto con el bajista Robbie Merrill, aunque pareciera no tener el mismo peso que la anterior batería, Tommy Steward. Sin embargo, el proceso creativo llevó a la banda a componer alrededor de 40 temas de los cuales se quedaron con 11 y un par de b-sides, para ser usados en singles y ediciones especiales del álbum.
La voz de Erna permanece intacta. Un punto siempre a favor y nunca despreciable es el sonido de una voz influenciada por Layne Staley y James Hetfield que ronca siempre en el momento indicado, resultando muy pegajosa.
Entre las novedades aparecen la inclusión de harmónicas y mandolinas, instrumentos poco comunes en el mundo de la distorsión, pero que son una excelente opción para ampliar la gama de alternativas sonoras, si están bien utilizados como es el caso.
A Favor: La balada “Hollow” con Lisa Guyer (Mama Kicks) en los coros es muy buen tema, envenenado por Alice in Chains hasta los tuétanos, lo que le resta originalidad, aunque no por eso deja de ser un buen tema. “Speak” es el primer corte promocional, muy pegajoso y ya esta destrozando la cartelera mundial. “Temptation” es otro tema excelente, pero es inevitable hacer referencia a la canción abandonada por Metallica en su proceso creativo de St. Anger.
En Contra: “Voodoo Too” es una especie de tributo a Metallica con el cuento de las continuaciones (Unforgiven / Unforgiven Too) y que al igual que a estos iconos del rock, no les funcionó. “Mama” es bastante floja y parece estar de relleno. La apertura con “Livin in sin” no funciona como enganche y resulta hasta medio pavosa, pareciera influenciada por algún éxito de Bon Jovi.
Veredicto: Sin arriesgar mucho, Godsmack da un paso más adelante con Godsmack IV. Balanceado, mejores letras y fácil de colar, mantienen el peso y las melodías contagiantes que los llevaron muy lejos en el negocio del rock. Dirigido al público fiel que disfruta su trayectoria y muy buena opción para los oídos abiertos que aún los desconocen.
[osp]3.5[/osp]