Discos
Minutes to midnight – Linkin Park
La primera vez que escuché Linkin Park fue hace 7 años, cuando Chávez comenzaba su “revolución” y el nü metal dominaba la escena del rock internacional. Vaya época ¿eh? Para ese momento su debut fue un buen álbum, con temas que hoy todos recordamos. Pero desde entonces muchas cosas han cambiado y siendo el cambio algo tan natural, me resulta incomprensible como Linkin Park hoy pretende tener éxito con una producción que suena a más de lo mismo que ya hemos escuchado de esta y otras bandas. Todos los lugares comunes del nü metal están contenidos en esta producción. No hay nada, absolutamente nada en Minutes to midnight que esta banda no haya hecho antes. De hecho, es posible que en esta oportunidad lo estén haciendo aún peor._br__br_El álbum abre con una introducción, “Wake”, que inicia con el ruido típico de los discos de acetato, un recurso taaaan pero taaaan utilizado que sólo cabe preguntarse qué demonios aportan estos dos minutos que, además, no están integrados con el resto disco, ni siquiera con el tema que le sigue. Es un track que no aporta nada, un capricho sin criterio y sin razón para existir. Es un mal comienzo._br__br_La cosa comienza en serio con “Given up”, un tema cuyos primeros segundos suenan como una encarnación comercial de Ministry y que no va tan mal hasta que se caga completamente con el coro y la progresión de acordes que hemos escuchado en todos los discos de Linkin Park. Más adelante, la banda restriega la cagada cuando quieren batirse una de rockeros duros echando mano de un riff “pesado” y de los gritos desgarrados de Chester Bennington, todo un pavoneo de intensidad sólo para dar paso a la primera de muchas baladas, “Leave out all the rest”, que termina por aburrir y parecerse demasiado a una versión de Five con guitarras. Otra balada, “Shadow of the day”, tiene algo de “With or without you” de U2, con la diferencia de que Linkin Park no es U2._br__br_Más adelante aparece el primer sencillo promocional, “What Ive done”, del cual no voy ni a hablar, no vale la pena. “Hands held high” pretende ser un tema de intensa conexión espiritual, pero a estas alturas no encaja en el álbum y termina siendo un chiste religioso. De ahí para adelante quedan cuatro temas, de los cuales sólo vale la pena prestarle atención a “In pieces”, un buen ritmo, una buena melodía, un buen sencillo promocional y el mejor tema (o quizás el único bueno) de este álbum.
