Por Juan Carlos Ascanio
Desde el primer momento St. Anger se define en dos palabras: crudo e innovador. El esperado regreso de Metallica no fue exactamente una vuelta a las raíces como se rumoraba desde hacía algunos meses. Este álbum es metal, punk, stoner, hard rock y nü metal, todo combinado con una actitud guerrera, al mejor estilo I dont give a fuck. Los fanáticos de Metallica, quienes estaban esperando el Master Of Puppets del siglo 21, seguramente recibieron un golpe bajo al escuchar St. Anger por primera vez porque el sonido del disco es tan crudo, tan guerrero, tan garaje, que este trabajo terminó siendo exactamente lo contrario a lo que Metallica siempre ha hecho en el pasado. Con St. Anger Metallica resucitó de manera asombrosa e inesperada para recuperar el respeto y la admiración de quienes tanto criticaron sus últimos trabajos en estudio, y todo esto lo lograron sin hacer ni un solo de guitarra, lo cual es una de las características más extrañas de este trabajo.
A Favor: St. Anger tiene todo a favor, porque es algo que Metallica no había intentado hacer nunca antes. Los riesgos son muchos, pero las ventajas son todas: se trata de cuatro veteranos haciendo música rock en su estado más puro y absoluto. Al principio el sonido excesivamente crudo de la grabación puede chocar al oído, acostumbrado a grabaciones de alta tecnología, pero a medida que se digiere el álbum, este nuevo sonido cala perfectamente con la intención de la música y la actitud de la banda en el marco de un concepto musical arriesgado y diferente, con una producción sin grandes pretensiones pero con mucho corazón. El álbum tiene una gran energía y es bastante rítmico, balanceado con algunos momentos de experimentación y melodía, sin llegar a perder en ningún momento su sólida esencia del más puro rock. Cabilla es lo que sobra en St. Anger, desde el principio hasta el final, literalmente.
En Contra: 11 canciones en 75 minutos, el álbum es largo. Tiende a cansar un poco porque, a pesar de la gran energía de los temas, a veces cae en momentos monótonos y repetitivos. Por otra parte, se nota que hace mucha falta Jason Newsted.
Veredicto: Este trabajo es crudo y rudimentario en su concepto, pero a la vez muy innovador. Metallica se ha reinventado con éxito. St Anger abrió una nueva puerta en la historia de la música, se trata de una nueva actitud ante el rock, una nueva forma de concebirlo. Contrario al clásico perfeccionismo de la banda, St. Anger es callejero y desinhibido, un interesante trabajo que constituye un gran regreso para una de las bandas más influyentes en la historia del rock. Definitivamente un ejemplo a seguir.
[osp]4.5[/osp]