Algunas bandas son más hijas del rigor como dirían nuestras adoradas abuelas- que otras. Algunos grupos necesitan trabajar con tiempo, escribir, dejar que la letra y la música descansen un tiempo, retomarla para hacerle algunos arreglos y recién ahí grabar los temas. Entre esas no está Iron Maiden. Todo lo contrario. Steve Harris, bajista del grupo británico, contó que se dieron cuenta que trabajan mucho mejor bajo presión a principios de los 80, cuando tuvieron que hacer The Number of the Beast.
En ese momento la banda no tenía material para empezar a trabajar y por eso tuvieron que escribir los ocho temas del álbum en las tres semanas previas a entrar a la sala de grabación. Además, había otro detalle con el que la banda tenía que lidiar. Ese iba a ser el primer disco del nuevo cantante de la banda, Bruce Dickinson.
“Fue un período de tiempo bastante terrorífico, traumático. Nos preocupábamos por cómo la gente iba a recibir al nuevo cantante. Sabíamos que Bruce era un gran cantante pero nunca se sabe cómo va a reaccionar la gente”, contó Harris en una entrevista a Ultimate Classic Rock. “No teníamos material, ya habíamos usado todo lo que teníamos de otras épocas”.
Hasta el momento habían sido bastante prolijos en su trabajo: “En el segundo álbum, Killers, hay sólo tres o cuatro canciones completamente nuevas. El resto era de períodos anteriores”. Para el tercer álbum las cosas habían cambiado. “La presión era realmente grande. Escribimos todo el material en dos o tres semanas porque ese era todo el tiempo que teníamos. Estuvimos bajo mucha presión, pero así fue como empezamos a grabar a partir de ese momento”.
Fuente: www.fmrockandpop.com
